lunes, 5 de agosto de 2019

Lunes 5 de agosto

Lunes de la 18ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 14, 13-21

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, El Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer." Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer." Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: Traédmelos."
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Jesús se quiere alejarse de la gente en barca a un sitio tranquilo y apartado. Pero tiene que cambiar sus planes, porque lo siguieron por tierra desde los pueblos.
Cuando nos proyectamos un plan, normalmente nos cuesta cambiarlo, sobre todo si reduce nuestra tranquilidad.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Jesús vio a la gente, sintió lástima y actuó. Sin embargo, en muchas ocasiones no queremos ver la necesidad de la gente, no queremos enterarnos del sufrimiento de muchas personas. Y cuando vemos y sentimos lástima, no damos el paso siguiente: la acción, el compromiso. Nos parece que no podemos hacer nada. Y nos guardamos nuestros cinco panes y nuestros dos peces.
¿Te detienes a mirar, a descubrir el dolor de las personas?
¿Te dejas conmover?
¿Tu compasión es activa o se contenta con el lamento?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Tu poder multiplica la eficacia de la humanidad
y crece cada día en nuestras manos
la obra de tus manos.

Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: -Venid y trabajad.

Nos mostraste una mesa vacía
y nos dijiste: -Llenadla de pan.

Nos presentaste un campo de batalla
y nos dijiste: - Construid la paz.

Nos sacaste al desierto con el alba
y nos dijiste: -Levantad la ciudad.

Pusiste una herramienta en nuestras manos
y nos dijiste: - Es tiempo de crear.

Escucha a esta hora el rumor del trabajo
con que tantas personas se afanan en tu heredad.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
Por los siglos. Amén.


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.