jueves, 29 de noviembre de 2018

Jueves 29 de noviembre

Jueves de la 34ª semana del t.o.

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.
Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje.
Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán.
Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
 3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

A. Otra vez Jesús utiliza un lenguaje simbólico, difícil de comprender para nosotros. El panorama que dibuja es desolador: destrucción, venganza, signos en los astros... Sin embargo, a pesar de todo, las últimas palabras de Jesús son esperanzadoras: "levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación". Aunque a veces no lo parezca, hasta en las situaciones más dolorosas, Dios está presente y busca nuestra liberación, nuestra felicidad.

B. Podemos pensar en situaciones difíciles que hemos vivido. Y recordar cómo a pesar de todas las apariencias negativas, Dios se ha hecho paso y nos ha ido salvando poco a poco. Damos gracias. Si no hemos descubierto la presencia de Dios en los momentos dolorosos de la vida, le pedimos que nos conceda luz para saber descubrirlo.

C. Dios nos pone a veces en camino de personas que sufren mucho, que no tienen un futuro esperanzador. Y nos pide que les ayudemos a levantarse, a caminar, a disfrutar de la salvación (del amor de Dios y de los hermanos).

Se suprimirá el diálogo en nombre de la verdad;
después se suprimirá la verdad.

Se suprimirá la libertad en nombre de la responsabilidad;
después se suprimirá la responsabilidad.

Se suprimirá la caridad en nombre de la justicia;
después se suprimirá la justicia.

Se suprimirá la honradez en nombre de la eficacia;
después se suprimirá la eficacia.

Se suprimirá la democracia en nombre del bien común;
después se suprimirá el bien común.

Se suprimirá la fe en nombre de la ciencia,
después se suprimirá la ciencia.

Se suprimirá la conciencia en nombre de la razón;
después se suprimirá la razón.

Se suprimirá el derecho en nombre del orden;
después se suprimirá el orden.

Se suprimirá la paz en nombre de la revolución;
después se suprimirá la revolución.

Se suprimirá la utopía en nombre de los proyectos;
después se suprimirán los proyectos.

Se suprimirá el espíritu crítico en nombre del respeto;
después se suprimirá el respeto.

Se suprimirá el amor en nombre de la dignidad,
después se suprimirá la dignidad.

Se suprimirá la ética en nombre de la estética;
después se suprimirá la estética.

Se suprimirá la tolerancia en nombre de la ciudadanía,
después se suprimirá la ciudadanía.

Se suprimirá al profeta en nombre de la estabilidad;
después se suprimirá la estabilidad.

Se suprimirá el estado de bienestar
para hacer posible una sociedad mejor que no llegará...

Y en nombre de nada se suprimirá al ser humano
–al niño, al vecino, al ciudadano,
al emigrante, al débil y a nosotros mismos–,
y un océano de violencia anegará nuestro mundo,
nuestros pueblos,
nuestras casas,
nuestras entrañas...

Pero sobre el caos
aleteará nuevamente tu Espíritu,
y tu palabra creadora y liberadora
nos llenará de esperanza.

Florentino Ulibarri


4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.